viernes, 23 de noviembre de 2018

¡Protejamos a los niños!

PORNOGRAFÍA entre niños. ¡Nuestros hijos están en PELIGRO!

Es un problema terrible, que afecta muchísimo a la educación de nuestros hijos y que se ha generalizado en nuestro medio: los niños desde 1º de educación secundaria (11-12 años) ven pornografía en internet, la comparten, hablan de ello en grupo, y abren perfil en redes sociales de citas que son para adultos (donde pescan los pederastas).
Estamos una sociedad altamente corruptora de los niños, que acaba con su inocencia y su infancia. Ante esto, que se mueve en gran parte por la presión de grupo y la idea de ser aceptado y "guay", podemos recomendar:
- Una buena educación afectivo/sexual en casa (imprescindible pero no suficiente). La familia debe ser la primera formadora en estas cosas; los padres deben llegar antes.
- Avisarles del mal de la pornografía y la promiscuidad, así como del peligro de los "depredadores" pederastas de las redes (es duro tener que hacerlo, pero hay que hacerlo o llegamos tarde).
- Apoyo de educación afectivo/sexual basada en antropología adecuada como Teen Star o Aprendamos a Amar, en la escuela, la parroquia, el movimiento, la cofradía, etc. Llevar al niño a escuelas o entornos donde no se promueva una corrupción afectivo sexual. No hay que fiarse de formación pública, de ayuntamientos, o procedente de servicios sanitarios, Cruz Roja, etc; en todas estas se les deforma, mostrando el sexo como un juego de placer y desligado del amor. La madurez y la sabiduría no consisten en usar goma, aunque desde el poder político se nos imponga esto, para convertirnos en idiotas manipulables desde pequeños.
- No dar NUNCA un móvil, una tablet o un portátil a un niño sin instalar una aplicación de CONTROL PARENTAL. No basta un control que nos diga dónde entra nuestro hijo, pues estos sitios nos pasarán inadvertidos con las aplicaciones básicas. Es preciso instalar una aplicación que IMPIDA que accedan a sitios porno y redes para mayores de 18. Es posible que haya que recurrir a una de pago, pero puede ser un dinero bien invertido en proteger a nuestros hijos.
- Mientras el niño o adolescente no tenga madurez para cuidar de sí mismo en un entorno tan corruptor, los padres deben controlarle (leer) el móvil, la tablet o el portátil: whatsapp, correo, historial de navegación en Internet, etc. Si se comprueba que está entrando, avisarle con claridad y cariño, entre papá y mamá, del problema que eso supone, y de los peligros de tener su perfil en redes de contactos. Borrarle todo, eliminar inmediatamente sus perfiles en redes nocivas y cambiar de correo si es preciso. Instalar el CONTROL PARENTAL.
- Enseñarles a vivir en gracia, y eso implica también confesarse, orar y recibir la Eucaristía cada domingo; solo Dios puede ayudarles a mantener la resistencia heroica que necesitan en este ambiente. Acompañarles en su fe; rezar por ellos.
- Y por supuesto, no caigamos nosotros mismos, adultos, en ese vicio, causante de adicciones y que rompe muchos matrimonios y familias. La pornografía no es para adultos, es basura que daña a todos. Al entrar en la pornografía estás apoyando económicamente el desarrollo de redes de prostitución, trata de mujeres y cosas peores, incluida la pedofilia. Cuidado con las citas en redes para "aventuras" o "fantasías" sexuales, etc.
Las niñas son menos proclives que los niños a la pornografía, pero quizá más a las redes de citas (sexuales), que son muy peligrosas. Para los niños son también muy peligrosas, pues ahí pescan los pederastas, usando perfiles falsos.
AMOR EN TODO. Nuestros hijos e hijas se merecen conocer y vivir el amor verdadero entre un chico y una chica. La pornografía y la promiscuidad ESTÁN ROBANDO EL AMOR a nuestros hijos. Esto viene de la mano de subculturas o contraculturas que, usando la música, hacen de la mujer un objeto, del hombre una bestia sin sentimientos, y de la sexualidad un juego sucio, como el reguetón o el trap. Educar en el bien, la verdad y la belleza es fundamental para que nuestros hijos lleguen a vivir el AMOR.
Todo esto, antes de los 12 años, empezando desde pequeños, a cada nivel de edad. Ya no vale el consejo de "esperar a que el niño o niña te pregunte". El ambiente corruptor actual hace que tengamos que adelantarnos, o llegaremos tarde. Las instituciones escolares y eclesiales, generalmente se están quedando muy atrás, no están respondiendo a esta amenaza, que mina totalmente los cimientos de la educación en valores. Los padres necesitamos ayuda.
Este es, probablemente, la mayor amenaza actual a la educación. ¡No nos durmamos, los niños necesitan que protejamos su inocencia, su integridad, su infancia y su desarrollo adecuado en el amor y la sexualidad!